Érase una vez una periodista de poca monta que trabaja en el New York Times.
Ella estaba en una mala posición en la redacción del periódico, y decidió que
tenia que
hacer un buen reportaje para lograr su ascenso.
Una noche mientras estaba en su casa buscando sobre que escribir se acordó
de su madre. Ella le contaba todas las noches una historia, trataba sobre un
tesoro que todo el mundo quería pero nadie lograba alcanzar... Era el tesoro de
jade.
A la mañana siguiente fue a la biblioteca a investigar sobre el tesoro y
encontró un viejo mapa que trazaba la ruta a seguir para encontrarlo. Se fue a
la redacción y dijo que iba a hacer un
reportaje y que necesitaba equipo y material, el periódico se lo concedió. Recogió
sus cosas y emprendió camino...
Cuando llevaba unos días de viaje, se encontró con unos ladrones que la
atracaron. Le quitaron la cámara, la cartera y el móvil.
Pensando que lo había perdido todo, se dio cuenta de que estaba delante de una cueva no muy profunda y al cabo un rato se fijó en que era la misma cueva
que salía en el mapa y que algo brillaba en su interior. Cuando le echó valor, entró y encontró el tesoro de jade, ¡lo había encontrado ella sola!
Cuando llevo la noticia al periódico la hicieron redactora jefe, como
ella siempre había querido...
Años después se dio cuenta de que para cumplir su sueño no había
necesitado ser ni rica ni famosa, solo tener fe en si misma. J
FIN
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