lunes, 28 de noviembre de 2016

La llamada misteriosa

Hoy me he levantado somnoliento porque en las ultimas noches me han llamado de madrugada . Y como siempre no me han contestado. Le he dicho a mi madre que tenia miedo:
-No te preocupes hija esto son bromas pesadas, seguramente de algún gracioso.
-Ya mamá pero no se donde le ven la gracia.
-Yo tampoco hija. Es de muy mal gusto.
-Vale pero, ¿hoy puedo ir a dormir con unas amigas a ver si se cansan de llamar?
-Está bien, no hay problema.

Cuando llegué a casa de mis amigas, volví a recibir una llamada. Parecía provenir de un lugar lejano porque al fondo se oían voces como el francés que se habla en la orilla derecha del Sena, la opuesta a la nuestra. Mis amigas y yo nos pusimos a pensar a quién podíamos conocer de la otra orilla. Mi amiga Laura tenía parientes allí y mi amiga Marta que había vivido allí antes de mudarse a la nuestra. Recordaba que en su anterior colegio le había dado su número para estar en contacto. Cuando caímos en ello, las llamamos. Al cogerlo, nos dijeron que ellas no llamaron. Pero, sí habían llamado varias veces las últimas noches a una veterinaria famosa de la orilla izquierda, porque su mascota había enfermado y ella era la única que podía salvarla. Y cuando le fuimos a preguntar su nombre, no se acordaban. Al final ellas se dieron cuenta de que el número al que llamaban era el mio y no el de su veterinaria. En ese momento nos dimos cuenta de que eran ellas. Todo había sido un malentendido. Cuando ser lo conté a mí madre, sonrió y se sentó al lado de la chimenea.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Diario de un egipcio

Lunes:

Hoy me he levantado en medio del desierto donde creía que me había acostado, pero en realidad, estaba cerca de una ciudad que me resultaba conocida. Pronto me di cuenta de que se parecía a mi querida Alejandría. Poco después me di cuenta de que no se parecía nada. Tenía: altos edificios, la gente vestía muy diferente a lo habitual... Y hablaban por un aparato como el que vi ayer.
La gente no parecía feliz. Estaban muy serios, no como acostumbraba a ver. Cuando se cruzaban conmigo me miraban raro y los niños se reían.
Cuando el sol empezó a ocultarse, decidí buscar una posada donde hospedarme aquella noche que presagiaba ser fría. Pero en el momento que entré en aquellos altos edificios, un hombre vestido de rojo me echó. Pero una mujer se apiadó de mí. Me dio un sitio donde alojarme y ropa nueva.


Martes:

La mujer que anoche me dio cobijo me despertó muy temprano. Me hablaba con palabras que no entendía. Era una forma de comunicación muy extraña, como si fuera de otro planeta. Luego se dio cuenta que no conseguía descifrar sus palabras y decidió cambiar su entonación a una mas antigua, que ya conseguí entender. Poco después, me dijo que de dónde venía. Yo le dije que de Alejandría, y le pregunté dónde estábamos. La mujer me dijo que estaba en El Cairo en el año 1984. También me preguntó cuántos años tenía. Yo le dije que tenía 5500, calculando aproximadamente usando el año en el que estaba y en el que nací.

Ella, al ver que me encontraba desorientado, se ofreció a enseñarme la ciudad y a alojarme en su casa. También me daría dinero por hacer tareas en su casa, hasta que consiguiera trabajo y una casa para vivir.